EVALUACIÓN
DE PROYECTOS DE DESARROLLO Y SU
DIMENSIÓN
AMBIENTAL
Uno de los grandes avances que
en materia de control ambiental se ha
logrado tiene que ver con la exigencia del estudio de impacto ambiental como
requisito previo al otorgamiento de la licencia ambiental y aunque en algunos
casos éste ha pasado a ser solo un requisito más, resulta clara la incidencia y
proyección de tal exigencia y el papel protagónico que pasan a cumplir las
corporaciones autónomas regionales, entidades territoriales, y demás instancias
planificadoras, en su proceso de evaluación. Dentro de los instrumentos
disponibles para el abordaje de la problemática ambiental, la evaluación de
impacto ambiental, representa la herramienta técnica de carácter preventivo por
excelencia, la cual se constituye a su vez en instrumento de redacción de
proyectos, ya que permite la internalización de sus costos ambientales, la
generación de nuevas alternativas, y el mejoramiento de sus características
técnicas y económicas.
En la actualidad, para el manejo, propuesta y evaluación de
cualquier tipo de proyecto sustentable se debe elaborar en la fase de
conceptualización todos los estudios de impacto ambiental que ameriten ser
incluidos. Estos proyectos deben incorporar el modo de
satisfacer las necesidades presentes, sin comprometer las necesidades de las generaciones
futuras, es decir, vivir de los intereses sin agotar el capital. En tal sentido
se tiene que el hombre no es, sino una especie más dentro de un ecosistema en
frágil equilibrio, por lo que un desarrollo sustentable no es posible sin una
sociedad sustentable, una sociedad que vele por la justicia social, que cuide
su ecosistema, sus recursos y valores comunitarios.
Dentro del municipio Guanipa del
estado Anzoátegui (Venezuela), es notoria la falta de este tipo de proyectos,
que busquen mejorar la calidad de vida de sus habitantes, donde el recurso
humano no solo provenga de instituciones publicas o privadas, sino que también
se de participación protagónica a las comunidades organizadas, ya que son sus
habitantes los que conocen su problemática, así como también, sus debilidades y
posibles fortalezas.
En esta región se presentan un sin
numero de problemas de toda índole, económicos, sociales, ambientales, entre
otros, que afectan directa e indirectamente a la población y que urgen de una
labor proyectista por parte de todos y todas. Esta labor que parte de un
diagnostico in situ, debe estar fundamentada en tres puntos clave:
antecedentes, problemática actual y los objetivos concretos para solventar tal
problemática. Esto con su debida planificación y estudios de impacto, de manera
de trabajar en pro de su desarrollo, sin repercutir de forma negativa en el
ambiente.
Es por ello, que se plantea
que las sociedades deben tomar el rumbo del crecimiento económico, pero con la
precaución de dar un uso racional y eficiente a los recursos naturales. Tal
como se hizo referencia al inicio, las sociedades deben satisfacer sus
necesidades del hoy, de una manera responsable, sin poner en riesgo la calidad
de vida de las generaciones futuras.
Realizado por: Ing.
Carlys Mendoza
V-17.263.204
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