VINCULACIÓN
DE LA PLANIFICACIÓN AMBIENTAL CON
EL
DESARROLLO NACIONAL
En la planificación la variable ambiental es tan
simple que debiera ser considerada como la primera limitante en un proyecto, y
sin embargo es la última o no existe directamente. Planificar significa de alguna manera limitar,
y limitar a su vez, significa coartar y guiar. Si no planificamos difícilmente
se alcancen los objetivos planteados. Una planificación sobre la cual se apoye
una determinada política, debe ser acompañada por un marco coherente de
regulación, de normas, de ordenanzas, que guíen los pasos hacia ese determinado
objetivo.
No es posible entender como se planifica el
crecimiento de las ciudades sin una organización y análisis real de los
espacios a ocupar. Por ello, vemos a
diario una población creciente a los alrededores de plantas industriales, al
borde de quebradas o ríos, o al margen de las diversas urbes, lo que trae
grandes consecuencias de índole social y sobretodo ambiental, por lo que se
debe dar mayor cabida a la planificación ambiental, desde un marco
multidisciplinario, ya que no se tiene
otra opción, pues la ausencia de planificación es la realidad de muchas
sociedades actuales. Ya es tiempo de buscar enmendar o bien detener o reducir
en lo posible, los problemas ambientales que se viven hoy en día, no solo basta
con adaptarnos a ellos. La tala y quema de pulmones vegetales, la quema de
basura y residuos tóxicos, los derrames de petróleo en importantes redes
hidrográficas, los incendios de pozos petroleros, las miles de hectáreas sobreutilizadas
y contaminadas por una agricultura poco amigable ambientalmente, son solo
algunas de las consecuencias que sufre el ambiente hoy en día, a causa de las
acciones del ser humano, consecuencias estas, que pudiesen evitarse, si
existiera: una conciencia humana mas ambientalista, planes y proyectos de
desarrollo ambiental, políticas y gestiones por parte del Estado, con su debida
fiscalización y sancionamiento. Siendo las actividades de vigilancia y control,
las que permiten inducir más directamente a la ciudadanía al cumplimiento de la
normativa ambiental. Si tanto la sociedad como el Estado, empezaran a preocuparse
un poco más por el entorno, se cumpliría con una de las bases de la
preservación del ambiente: Pensar globalmente, actuar localmente.
En Venezuela se requieren planes de ordenación y de
manejo a diferentes niveles, entre ellos, planes por recursos naturales, y en
áreas donde se ubiquen actividades mineras o de hidrocarburos de importancia,
se elaboren y cumplan planes que aseguren la conservación del ambiente, por
ejemplo el Plan de Ordenamiento de la Faja Petrolífera del Orinoco y el Plan de
Ordenamiento de la Mesa de Guanipa y su área de influencia, que aunque existen,
hacen falta reglas, normas y sanciones que hagan aun mas útiles y eficaces tales
planes, con el fiel propósito de evitar
que las nuevas actividades degraden el ambiente y las actividades agrícolas
tradicionales. Si bien es cierto que en la región nor-oriental del país han ido
concentrándose gigantescas inversiones petroleras internacionales, que
duplicarán la producción nacional de hidrocarburos en los próximos años, abriendo
así importantísimas perspectivas para el crecimiento económico, también es
cierta la considerable amenaza en contra de los ambientes influenciados por tal
actividad; la migración de la población rural hacia estos puntos de trabajo y/o
centros urbanos, el abandono del campo y propiamente de la actividad agrícola, acarreará
problemas sociales y económicos, repercutiendo a su vez en la calidad del
ambiente. Por ello la planificación ambiental no debe ser un instrumento
específico de la política ambiental, sino un mecanismo propio de la política
económica y especialmente de la política de desarrollo del país, y en cuanto a
las estrategias de desarrollo local, deben basarse fundamentalmente en la
sostenibilidad ambiental, económica y social de la región.
Autor: Carlys Mendoza. C.I: 17263204
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