POLÍTICAS
PÚBLICAS SOBRE AMBIENTE
En Venezuela la política ambiental se
ha caracterizado por la aplicación de controles directos y como consecuencia, la gestión de la contaminación y
los recursos naturales se apoya en el cumplimiento de una extensa y compleja
legislación. Por ello es necesario la elaboración de la declaración de política
ambiental del país, para ordenar las acciones actuales en materia de gestión
ambiental. Es lamentable que aun en la actualidad los problemas ambientales más
importantes no sean atendidos de manera adecuada. Tal es el caso de la
degradación que presenta en estos momentos el ambiente, consecuencia de la
expansión comercial y la industrialización de las empresas en todo el planeta,
ya que a la mayoría de estas no les importa lo que pueda pasar con el medio de
donde adquieren los recursos para la producción de sus bienes, mucho menos como
renovarlo, lo primordial para ellos es la obtención de beneficios propios. Una de
las industrias que más impactos ambientales genera a nivel local y global es la
petrolera y sus distintas fases de su explotación, las cuales generan
destrucción de la biodiversidad y del ambiente en general; y los impactos en
las poblaciones locales que viven alrededor de la infraestructura petrolera, se
evidencian aun antes de que se inicie cualquier operación, tan es así, que cientos
de comunidades han sido desplazadas alrededor del mundo para dar paso a esta
industria, y cuando la gente tiene que convivir con ella, enfrenta serios
problemas de salud, de perdida de cultural y de violencia. Es entonces por lo
que vemos un desequilibrio en el crecimiento no solo económico sino también
demográfico, actividades económicas desplazadas por otras, como es el caso de
la agricultura la cual resta importancia con la llegada de la explotación
petrolera y el desarrollo de grandes industrias, todas estas concentradas en
áreas focalizadas del país, donde vemos con claridad problemas sociales,
educativos, poblaciones cada vez más empobrecidas, crecientes cordones de
marginalidad, colapso de los servicios públicos, ecosistemas agotados, que
afectan directamente la calidad de vida de la población propia del área, así
como también, aquellos que migran en busca de supuestas mejoras. Un ejemplo
claro de las consecuencias de estas actividades, es el caso particular de la
Bahía de pozuelos, en Puerto la cruz, donde la acción de la industria petrolera
causa grandes impactos ambientales, disminuyendo las actividades turísticas y
de pesca de la zona, afectando el bienestar social, promoviendo una dependencia
absoluta a una sola actividad económica, impidiendo la diversificación de la
economía y el progreso de la zona.
Lamentablemente el patrón de desarrollo de la
explotación petrolera y las políticas de sustitución de importaciones que el país
ha seguido durante las últimas décadas ha afectado seriamente las condiciones
del medio ambiente. Destacando que el esquema de sustitución de importaciones
creó industrias manufactureras altamente dependientes recursos naturales
primarios, como consecuencia, la actividad industrial no se ajusta a la
disponibilidad de estos recursos y se inclina a generar cantidades excesivas de
desechos.
Teniendo Venezuela una importante riqueza
paisajística, climas variados, y un potencial turístico inmenso, es inaceptable
que ni siquiera se evidencie la voluntad de reparar los daños ambientales causados
por las empresas estatales y no se tome con seriedad el cambio climático ni la
educación ambiental. Vemos como la gestión ambiental se ha reducido a acciones
aisladas que solo buscan resolver un problema puntual, como la construcción de
infraestructuras agua potable, aguas servidas y desechos sólidos, etapas que
debieron ya ser superadas. Todos estos esfuerzos se malgastan cuando no existe
una política ambiental que abarque la realidad del país. Si bien hay que
valorar las iniciativas legislativas y constitucionales evidentes, no se
considera que existen unos principios regentes en materia de gerencia ambiental
que incluyan conceptos como la protección, conservación, prevención pero sobre
todo remediación del ambiente. Por todo esto y más, es
necesario retomar la ordenación del territorio, promover el desarrollo
sustentable y fortalecer al Estado para asumir la rectoría y control de los
procesos que traen consigo el progreso.
Autor:
Carlys Mendoza. C.I: 17263204
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