IMPLICACIONES AMBIENTALES DEL COLTAN EN
VENEZUELA
En Venezuela existe un recurso mineral que
pudiera ser más valioso que el petróleo y el oro, y que para algunos geólogos,
sería una materia prima imprescindible para la fabricación de computadoras
portátiles y teléfonos celulares, dispositivos de video, aparatos digitales de
sonido, consolas de juegos y sistemas de localización satelital, solo por citar
algunas de sus aplicaciones más comunes y que implican a la industria del
consumo masivo; pero también es utilizado para tecnología aeroespacial y
tecnología militar. Su nombre, una abreviatura más comercial que científica, es
una pista para recordar que está constituido fundamentalmente por una pareja de
minerales escasos denominados columbita y tantalita.
El Coltán, se pueden obtener dos metales de
importancia estratégica para la economía mundial, uno es el columbio (o niobio)
y el otro es el tantalio. El primero se usa comúnmente en aleaciones especiales
de alta resistencia como las que sirven para fabricar tuberías petroleras y
piezas de la industria aeroespacial.
El tantalio, sin embargo, despierta mayores
apetencias globales pues es un compuesto ideal para transmitir electricidad por
lo que se le considera un superconductor y además es capaz de almacenar carga
y liberarla progresivamente. Por ello se ha convertido en un insumo esencial
para producir los componentes miniatura que energizan equipos electrónicos y de
telecomunicaciones.
A nivel mundial, el principal país donde se
extrae el Coltán es la República Democrática del Congo, país centroafricano que
extrae el 80% de este mineral en el planeta, sin embargo, la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) demostró en 2001 que el comercio ilegal de este
recurso financió guerras tribales que han causado 5 millones de muertos. Esto
originó que se vetaran compañías y personas, pero el coltán del Congo sigue
abasteciendo el mercado mundial a través de mafias.
Origen del Coltán en
Venezuela:
Es importante recordar las palabras del
presidente Hugo Chávez cuando presentó su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional
el 15 de enero del 2010: “Hemos descubierto, en 2009, los
primeros vestigios de lo que pudiera ser una gigantesca reserva de un mineral
estratégico, y es bueno que el país comience a saberlo, que se llama coltán; yo
le confieso que no tenía ni la más mínima idea de lo que es y significa esa
piedra (...) Todavía no sabemos la cantidad que tenemos, pero por las informaciones que llegan es una reserva grande y
pudieran aproximarse a 100.000 millones de dólares”.
El hecho de que Venezuela no ha podido
desarrollar una industria organizada relacionada a la extracción, procesamiento
y comercialización del Coltán, han permitido que en los últimos años haya
prosperado el negocio ilegal en torno a este recurso.
Todo esto ha permitido que empiecen a
crecer las ambiciones en esta zona del país donde los compradores y vendedores
de coltán abundan; existen miembros de comunidades indígenas que se dedican a
extraer las piedras por precios miserables; mafias colombo-venezolanas están
involucradas en el negocio y dueños de fundos han sido blanco de amenazas, pero
también de ofertas millonarias de empresarios extranjeros o de farsantes que
exhiben papeles "oficiales" para ejecutar proyectos con el uso de
maquinaria o sin ella.
Muchos son los que ya han sacado provecho
de la riqueza de nuestro territorio amazónico, sin reparar en costos
ambientales. Aunque se ha intensificado el patrullaje militar y el trabajo de
inteligencia a través de la “Operación Oro Azul” desplegada desde noviembre de
2009, también hay habitantes de la zona que refieren la supuesta complacencia
de las alcabalas con los traficantes y la presunta participación de oficiales
en las redes.
C.I.- 17.105.680.
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