Interesante artículo publicado por NASA, sobre un
nuevo estudio sobre la absorción del carbono, por los bosques tropicales, para
la discusión y el debate, sobre la valoración de bosques tropicales.
Aquí dejo el artículo completo:
BUENAS NOTICIAS SOBRE LOS BOSQUES
Y EL DIÓXIDO DE CARBONO
Un nuevo estudio dirigido por la NASA muestra que
los bosques tropicales pueden estar absorbiendo mucho más dióxido de carbono
que lo que pensaban muchos científicos, en respuesta al aumento de los niveles
atmosféricos de los gases de efecto invernadero. El estudio estima que los
bosques tropicales absorben 1.400 millones de toneladas métricas de dióxido de
carbono de una absorción global total de 2.500 millones (más de lo que es
absorbido por los bosques de Canadá, de Siberia y de otras regiones del norte,
llamados bosques boreales).
“Esta es una buena noticia, porque la absorción en
los bosques boreales ya se está frenando, mientras que los bosques tropicales
pueden seguir absorbiendo carbono durante muchos años más”, dijo David Schimel,
del Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su
sigla en idioma inglés), de la NASA, ubicado en Pasadena, California. Schimel
es el autor principal de un trabajo sobre la nueva investigación, que aparece
en línea en Proceedings of the National Academy of Sciences (Registros
de la Academia Nacional de Ciencias).
Los bosques y otra vegetación en tierra actualmente
eliminan hasta el 30 por ciento de las emisiones humanas de dióxido de carbono
de la atmósfera durante la fotosíntesis. Si la tasa de absorción fuera más
lenta, la tasa de calentamiento global a su vez se aceleraría.
El nuevo estudio es el primero en idear una forma
de hacer comparaciones del tipo “manzanas con manzanas” respecto de los
cálculos de dióxido de carbono de muchas fuentes en diferentes escalas: modelos
informáticos de procesos del ecosistema, modelos atmosféricos llevados hacia
atrás en el tiempo para deducir las fuentes de las concentraciones actuales
(llamados modelos inversos), imágenes satelitales, datos de parcelas de bosque
experimental y mucho más. Los investigadores conciliaron todos los tipos de
análisis y evaluaron la exactitud de los resultados tomando como base cuán bien
reprodujeron las mediciones independientes hechas en tierra. Obtuvieron así su
nueva estimación de la absorción del carbono tropical de los modelos que ellos
determinaron eran los más confiables y verificados.
“Hasta nuestro análisis, no se había llevado a cabo
con éxito una conciliación global de la información sobre los efectos del
dióxido de carbono de las comunidades relacionadas con la atmósfera, la
silvicultura y los modelos”, dijo el coautor Joshua Fisher, del JPL. “Es
increíble que todos estos tipos de orígenes de datos independientes empiecen a
converger en una respuesta”.
La pregunta sobre qué tipo de bosque es el que
absorbe la mayor cantidad de carbono “no es sólo una curiosidad contable”,
señaló el coautor Britton Stephens, del Centro Nacional para la Investigación
Atmosférica (National Center for Atmospheric Research, en idioma inglés),
ubicado en Boulder, Colorado. “Tiene grandes implicaciones para poder
comprender si los ecosistemas terrestres globales podrían seguir compensando
nuestras emisiones de dióxido de carbono o podrían comenzar a agravar el cambio
climático”.
A medida que las emisiones causadas por los seres
humanos agregan más dióxido de carbono a la atmósfera, los bosques en todo el
mundo lo utilizan para crecer más rápidamente, reduciendo así la cantidad que
permanece en el aire. Este efecto se denomina fertilización carbónica. “En
igualdad de condiciones, el efecto es más fuerte a temperaturas más altas, lo
que significa que será mayor en los trópicos que en los bosques boreales”,
expresó Schimel.
Pero el cambio climático también disminuye la
disponibilidad de agua en algunas regiones y hace que la Tierra se caliente, lo
que da lugar a incendios forestales más frecuentes y más grandes. En los
trópicos, los seres humanos agravan el problema con la quema de madera durante
la deforestación. Los incendios no sólo detienen la absorción del carbono al
matar los árboles, sino que también arrojan grandes cantidades de carbono a la
atmósfera mientras la madera se quema.
Durante alrededor de 25 años, la mayoría los
modelos climáticos informáticos han mostrado que los bosques de latitudes
medias del hemisferio norte absorben más carbono que los bosques tropicales.
Ese resultado se basó inicialmente en lo que se conocía sobre los flujos globales
de aire y en los datos limitados que sugerían que la deforestación hacía que
los bosques tropicales liberaran más dióxido de carbono que el que estaban
absorbiendo.
A mediados de la década de 2000, Stephens utilizó
mediciones del dióxido de carbono llevadas a cabo desde algunas aeronaves con
el fin de mostrar que muchos modelos climáticos no representaban de manera
correcta los flujos de carbono por encima del nivel del suelo. Los modelos que
coincidían con las mediciones hechas por los aviones fueron los que mejor
mostraron la mayor absorción de carbono en los bosques tropicales. Sin embargo,
aún no había suficientes conjuntos de datos globales como para validar la idea
de una gran absorción por parte de los bosques tropicales. Schimel dijo que su nuevo
estudio sacó ventaja de una gran cantidad de trabajo que otros científicos han
realizado desde el trabajo de Stephens para reunir datos nacionales y
regionales de varios tipos con el propósito de formar conjuntos de datos y
convertirlos en datos contundentes y globales.
Schimel señaló que su trabajo concilia los
resultados en todas las escalas, desde los poros de una sola hoja, donde la
fotosíntesis se lleva a cabo, hasta todo el planeta Tierra, a medida que el
aire mueve el dióxido de carbono alrededor del globo. “Lo que habíamos tenido
hasta este trabajo era una teoría de la fertilización con dióxido de carbono
basada en fenómenos a escala microscópica y observaciones a escala mundial que
parecían contradecir esos fenómenos. Aquí, al menos, hay una hipótesis que
proporciona una explicación coherente que incluye lo que conocemos del
funcionamiento de la fotosíntesis y lo que está pasando a escala planetaria”.
Artículo original tomado de: